La educación de un adolescente con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un gran reto. En muchos casos no responden a las recompensas y castigos ni aprenden de sus errores en la misma medida que los adolescentes sin TDAH. Es por ello, que elmodelo educativo que adopten los padres establece una relación directa con su comportamiento. Adoptar un modelo educativo positivo o negativo supondrá entonces un cambio a mejor o a peor en el desarrollo de esa etapa.
Los modelos educativos positivos o funcionales se basan en unos criterios generales deeducación parento-filial:
Tienen en cuenta la comunicación de los afectos y le asigna una gran importancia en la educación de sus hijos.
Establecen límites y normas.
Fundamental la asimetría de roles (entre padres e hijos).
Hay un control parental en todo lo relacionado a la vida de sus hijos (amigos, colegio, actividades extraescolares, riesgos, etc.).
Ofrecen conductas alternativas al mal comportamiento.
Los padres actúan como modelos.
Ventajas de los modelos de educación funcionales
No se abandona la autoridad educativa, ni la instrucción, ni la vigilancia, ni el refuerzo y ni el castigo, sino que se aplican de manera consciente y razonada con el adolescente.
Estos modelos son funcionales porque inciden en el aprendizaje del conocimiento social de las normas y su instrucción para que sean cumplidas. Es un buen modelo de socialización.
Se hace fundamental que se transmita de forma primera a través de la familia y la escuela, por ser los ambientes más directos donde se puede intervenir con el adolescente, y por ser los primeros agentes de socialización.
Ejemplos de modelos de educación funcionales con el adolescente con TDAH: El Modelo Inductivo de Apoyo o Disciplina Inductiva y el Modelo de Apoyo Conductual Positivo.
Modelo Inductivo de Apoyo o Disciplina Inductiva
Ya que el desarrollo socioemocional del adolescente se considera clave en esta etapa de transición a la vida adulta, el Apoyo emocional se establece como el principal mecanismo de acción. El objetivo es transmitir afecto y aceptación, y por eso los padres se muestran disponibles e interesados en informar u orientar a sus hijos, como figuras de referencia de éstos.
No se trata simplemente de `la voz de la experiencia`, sino de trasmitir una `voz de experiencia cercana`. Los padres no deben descuidar la diferencia generacional, las limitaciones personales y los conflictos internos del adolescente, los cuales marcan una gran distancia entre ambos.
El adolescente necesita poder identificarse en las experiencias paternales y encontrarle sentido en su situación actual, para que estas actúen a modo de aprendizaje vicario. Los padres requieren de empatizar con el estado actual del adolescente, a la hora de plantear soluciones o actuar como modelos de actuación `correctos`.
Otro aspecto fundamental de este modelo es la Asimetría de roles: los padres NO son amigos de sus hijos, ni deben aspirar a serlo. Los padres son padres (figuras de autoridad, protección y cuidado) y deben de actuar en consecuencia: debe existir un control y una supervisión paterna acompañando al apoyo emocional.
La relación educativa de la Disciplina Inductiva no se trata de una relación de coerción, sino de conducción, de orientación, de autoridad `razonada` y `obediencia` participativa. Las normas y los principios de actuación se sometan al diálogo y la discusión, donde prevalece la autoridad de los padres y de los educadores, puesto que éstos poseen conocimientos, experiencia y la responsabilidad de la educación y bienestar de los menores.
Prima el diálogo, la explicación de la norma, la prevención de riesgos…asumiendo y respetando la autonomía personal del adolescente, donde el cumplimiento de las normas debe ser vigilado y reforzado. Siempre que la norma se haya respetado. O aparezcan conductas adecuadas.
La meta de la disciplina inductiva es pues, su desaparición. Ir dando paso a la autonomía mediante razones interiorizadas; aprender a autorregularse, toma de decisiones, jerarquía de necesidades, uso de recursos de apoyo, etc.
Un método perfecto para que los adolescentes con TDAH, sean capaces de autorregularse en sus propias conductas, siendo independientes de la figura de autoridad.
FUENTE: FUNDACIÓN CADAH
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