El Déficit de Atención con o sin Hiperactividad, si no se detecta de manera temprana, con lleva muy frecuentemente otros problemas asociados, como pueden ser:
El Equipo de Orientación debe realizar una
Valoración Psicopedagógica y Contextual del Niño o Adolescente con TDA. Con esto queremos indicar que del alumno no sólo hay que conocer que presenta las características del
TDA sino que, también, debemos conocer sobre otras aptitudes y nivel de desarrollo de habilidades.
Además, cada niño tiene una familia y unos profesores diferentes, los cuales aplican sistemas educativos distintos, que se deben conocer para proponer cambios o apoyar los hábitos actuales. Por eso, sugerimos a los Padres que soliciten a los
Equipos de Orientación a los que acudan, un Informe con los resultados de haber administrado al menos las siguientes pruebas psico-educativas:
- Test de Razonamiento o Inteligencia Lógica
- Test de Atención Sostenida y de Calidad Atencional
- Test de Lecto-escritura
- Prueba de Estilos Educativos de los Padres
- Informe de Conducta en Casa
- Informe de Conducta en el Centro Educativo
- Pruebas indicadoras de niveles de ansiedad y estrés
- Pruebas indicadoras de los niveles de ajuste social
- Pruebas que evalúen las habilidades de relación social
10 estrategias educativas a tener en cuenta:
Una vez efectuada la valoración, se deberá efectuar una serie de
medidas con el alumno afectado. A continuación, enumeramos algunas de las posibles medidas a adoptar:
- Programar actividades cortas y adecuadas a las capacidades de atención y control.
- Dividir las tareas en partes, indicado claramente un tiempo limite para terminar cada una de éstas y elogiando la realización correcta de cada una de ellas.
- Priorizar la calidad sobre la cantidad: es mejor seleccionar lo más importante que pedir una gran cantidad de tareas.
- Buscar el lugar más adecuado en el aula para el alumno, facilitando el contacto ocular con el profesor y alejándolos de posibles distracciones: la ventana, la puerta de entrada?
- Disminuir el ruido durante la clase.
- Utilizar una buena organización que puede reforzarse colgando en la pared el programa del día y las normas de clase.
- Diseñar gráficos que proporcionen a los alumnos información sobre su comportamiento.
- Intercalar tareas menos motivadoras o que requieran una respuesta pasiva, como por ejemplo una exposición teórica, con otro tipo de tareas más activas, que requieran la intervención de los alumnos.
- Utilizar un tono tranquilo, un estilo directo y ayudar al alumno a darse cuenta de que su aprendizaje nos interesa, de que nos preocupamos por él.
- Hacerles conscientes de la importancia de su implicación activa en clase y de que les comprendemos y les ayudamos.
+Info:
Fuente: Fundación Cadah
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