Cómo un profesor puede comprender y ayudar a un alumno/a con TDAH

No dudar en el diagnóstico: Asumir que las características que demuestra el niño son debidas al trastorno y no a la mala educación que hayan recibido de sus padres.

Tener una relación positiva entre el alumno y el profesor: Más que ningún otro niño necesitan los apoyos positivos, elogios y ánimos.

Orientaciones para mejorar la autoestima:

            -Aceptar las dificultades.

            -Identificar los esfuerzos.

            -Ofrecerle mayor grado de confianza.

            -Intentar modificar nuestro lenguaje: Aprender a expresarnos de manera positiva evitando expresiones como "Bien, pero lo puedes hacer mejor". Es preferible usar expresiones como: "Mejorable, pero bien; la próxima vez podrías mejorar?, procura hacer mejor?, procura que no se te olvide hacer?..".

            -Evitar la acusación, la ridiculización y la falta de respeto

            -Potenciar actividades que fomenten la integración social (dinámicas, trabajos en grupo)

Hacerle participar en clase: Para ellos es muy necesario que alguien les preste atención.

Hagan que lean en voz alta aunque tengan dificultades de lectura, se equivoquen, etc. Anticiparles actividades, lecturas que se le van a proponer realizar en el aula (evitar errores, miedos a la lectura). Pregúnteles habitualmente, haz que salgan a la pizarra. Conseguiremos que esté más atento, tenga másmotivación y conozcamos mejor su evolución y sus conocimientos.

Será manera de saber mejor cuales son sus conocimientos y no sólo los conocimientos que trasmita en los exámenes para poder evaluarles más justamente.

Sentarle en un lugar tal que le podamos tener vigilado, lejos de distracciones y de las ventanas y junto a compañeros en los que se pueda apoyar para copiar o completar las tareas a realizar o apuntes.

Las instrucciones deben darse con proximidad física y con contacto ocular, dando las instrucciones de una en una,  de manera concisa, clara y en lenguaje positivo.

Mostrar interés cuando está trabajando en su mesa.

Acercarse a su mesa habitualmente y preguntarle si tienen dudas o necesitan apoyo y animarle a que siga trabajando. Un chasquido de dedos o apoyar la mano en su hombro puede hacerle recuperar su atención. Acordar con él señas.